Os explicaba anteriormente algunas cosas que me habían gustado de la ciudad de Gante, que había visitado el pasado fin de semana. Pues bien, en este post os voy a explicar algunas curiosidades y anécdotas sobre que aprendí durante mi visita a Gante.
Fachadas escalonadas
La primera de ellas tiene relación con las fachadas: si habéis visitado algunas ciudades de Flandes, quizá os ha llamado la atención que algunas fachadas tienen, en la parte superior, forma de escalera. ¿A qué se debe esto? Realmente fue una pregunta que me hice durante mi visita a Amberes, y que pude resolver en Gante. Las fachadas con forma de escalera tienen doble función: una útil y la otra de demostración de poder. En cuanto a la primera, es una estructura que facilita el acceso al tejado, que, debido a las condiciones meteorológicas de Flandes, habitualmente necesitaba reparaciones y cuidados constantes. En cuanto a la segunda, cabe destacar que en la construcción de los hogares, los ladrillos de piedra eran algo de elevado coste. Por ello, cuantos más escalones tuviera la fachada (y en consecuencia más ladrillos usados), mayor era la riqueza de sus propietarios o propietarias. ¿No es sorprendente?
Prostíbulos
Otra curiosidad tiene relación con la prostitución. Gante era una ciudad de comerciantes, que mayoritariamente eran hombres. Después de navegar durante semanas, muchos de ellos buscaban, al llegar a una ciudad, dos cosas: cerveza y sexo. Por ello, se necesitaba algún símbolo para que los comerciantes, independientemente de la lengua que hablaran, supieran dónde encontrar estas dos cosas. En cuanto a los prostíbulos, se eligieron como símbolo los cisnes: si te encuentras en una fachada dos cisnes que miran en direcciones opuestas, ya sabes cuál era la función de ese edificio. En el puerto de Gante podemos observar un edificio con los cisnes, ¡que es un hotel de lujo en la actualidad!
El dragón robado
Una de las torres más altas del centro de Gante está coronada por una gran veleta. A diferencia de otras veletas que podemos observar en Flandes, que suelen ser leones, en esta torre la veleta representa un dragón. Según cuenta la leyenda, este dragón fue robado de Brujas, aunque anteriormente había sido robado de Constantinopla. Para transportar el dragón de Brujas a Gante, debido a su peso, fue necesaria la ayuda de un burro. Sin embargo, al adentrarse en el camino desconocido, el burro no quería avanzar. En Gante se dice que tuvieron que vendarle los ojos para que caminara y pudiera llegar a la ciudad, mientras que en Brujas la leyenda cuenta que los ganteses y gantesas le quemaron los ojos (¡qué horror!).
El Castillo de los Condes de Gante
En el centro de Gante podemos observar un castillo: el castillo de los Condes de la ciudad. Además de ser residencia de la aristocracia gantesa durante siglos, más tarde se convirtió en la sede del Consejo de Flandes. Pero los juicios que se llevaban a cabo iban acompañados de torturas y ejecuciones públicas, tanto en el propio castillo como en las plazas de Gante. Por eso, en la actualidad, el castillo alberga un museo de la tortura. ¡Escalofriante!
Se dice que el castillo sólo fue tomado tres veces en toda su historia, todas ellas por la propia gente de Gante. La última vez que esto sucedió fue a mediados del siglo XX, cuando un grupo de estudiantes tomaron el castillo como protesta por la subida del precio de la cerveza. Como homenaje, cada año las y los estudiantes toman el castillo durante un día, y se celebra una gran fiesta en su interior.
La plaza de la vida
Al lado del Castillo se encuentra una gran plaza. Aunque antaño se celebraban ejecuciones públicas en ella, desde hace unos años es la “plaza de la vida”. ¿Por qué? Cada vez que un nuevo gantés o gantesa nace en la ciudad, las farolas de la plaza lo anuncian: si es de día, se encienden durante diez segundos; si es de noche, se apagan durante ese tiempo.
Espero que os haya parecido interesante, aunque si visitáis la ciudad descubriréis otras anécdotas, como por qué el ayuntamiento es de dos estilos diferentes, o la polémica del Pabellón Municipal. ¡Si conocéis más curiosidades sobre Gante, no dudéis en escribirlas en los comentarios!
Alejandro
Me llamo Alejandro Caravaca Hernández, y seré el corresponsal de Turismo en Flandes y Bruselas en Lovaina durante el primer semestre del curso 2018/2019. Ya me iréis conociendo poco a poco (nos esperan 5 meses por delante) pero, a modo de presentación, os explicaré brevemente quién soy y qué espero de mi experiencia en Lovaina.
Nací en noviembre del 1997, hace poco menos de 21 años, y vivo en Montcada i Reixac, un municipio de la periferia de Barcelona. Estoy estudiando 4º de Pedagogía (por si alguien se lo estaba preguntando, no es lo mismo que podología ni que logopedia) en la Universitat Autònoma de Barcelona, una de las universidades públicas catalanas. Me considero una persona activa y sociable, y participo en iniciativas socioculturales del municipio donde vivo, además de ser representante estudiantil en mi facultad. Entre mis hobbies destacaría el teatro: formo parte de un grupo de teatro amateur en Montcada i Reixac. De hecho, hace unos meses estrenamos un musical basado en la película Moulin Rouge, en el que pude interpretar el papel del antagonista, “el Duque”.