El otoño es mi época favorita del año, siempre he pensado que es la estación de la belleza. Además de su luz especial, sus cielos rojizos más frecuentes y sus paisajes menos contaminados debido a la mayor frecuencia de lluvias y viento, se pueden encontrar una gran variedad de colores en la naturaleza. Amarillos, rojos, dorados, verdes, naranjas… ¿Con cuál de ellos te quedas tú? Yo sin duda con todos. Por eso me quedo con el otoño.
Brujas es sin duda una excelente opción para contemplar la llegada del otoño y un destino muy popular para observar el follaje otoñal.
Una muy buena opción es perderse por los canales y jardines de la ciudad. Sin embargo, saber donde ir siempre ayuda, así que hoy os echaré un cable y os descubriré algunos de los rincones más especiales donde ver la faceta otoñal de Brujas.
Canal Groenerei
Todos los canales de Brujas son increíblemente bonitos, pero el más hermoso es sin ninguna duda el Groenerei, uno de los lugares más románticos de la ciudad. Está pulidamente rodeado de un espectacular paisaje con puentecitos de cuento por aquí y por allá y con la suficiente naturaleza para poder apreciar el cambio de colores otoñales.
Una muy buena opción es dar un paseo por el canal, sentarse en uno de sus banquitos y simplemente contemplar sus paisajes anaranjados y sus cálidas e hipnóticas luces de otoño.
Parque Minnewater
Para muchos, el mejor parque de la ciudad. Debido a su innegable belleza y vegetación, es un lugar imprescindible en otoño. Paseando por sus extensiones te encontrarás envuelto en paisajes rojos, verdes, amarillos, anaranjados… Además, allí se alberga el famoso “Lago del Amor” con sus cisnes y sus pequeños puentes, que sin duda es, mucho más romántico en otoño.
Koningin Astridpark
El Koningin Astridpark es un parque menos conocido, pero igual de especial. Este mágico parque botánico se encuentra junto al Mercado de Pescado, la Plaza Burg y a la sombra de la Iglesia de Santa Magdalena. Este es para mí el mejor lugar de la ciudad para leer, desconectar o simplemente sentarse en uno de sus bancos o sillas y contemplar el paisaje solo (o en buena compañía). Este parque alberga verdaderos tesoros: desde un estanque con una fuente junto a un colorido y romántico quiosco hasta un parque infantil de gran tamaño.
Soy Núria, una catalana de veintidós años que lleva esperando su Erasmus en Flandes desde antes de empezar la carrera. Me encanta leer, escribir y hablar. Escuchar también, me encanta aprender cosas nuevas. No podría vivir sin arte. Cuando estoy triste escucho música y cuando estoy feliz también. Amo comer, supongo que el amor por la comida me viene de mi padre. En mi casa, siempre hemos sido de probar platos típicos de otras culturas, y no solo eso, de aprender a cocinarlos también.
Desde los catorce, tuve claro a qué me quería dedicar. Mi sueño era bastante específico: estudiar periodismo en Madrid. Luego, llegó el bachillerato y con ello las clases de economía. Nunca pensé que me fuera a gustar algo así, pero vaya si me gustó… La economía me generaba una curiosidad tan grande, que la puse de primera opción junto con ADE. De esta forma, en 2016, empecé un doble grado en economía y ADE. Descubrí un mundo nuevo, y fui consciente de lo importante que era la economía para ayudar a la gente. Comprendí que los economistas son importantes, pero no para lo que cree la mayoría de la gente. Ellos pueden elaborar modelos para reducir la pobreza, extinguir la corrupción e incluso evitar guerras. A medida que aprendía más cosas, mi amor por la economía crecía. Hoy, la economía me apasiona, de esto no tengo ninguna duda, pero el periodismo aún forma parte de mí.