Me gusta ir al río porque el agua oleando me hace cosquillitas en los ojos. También dicen que lo hace todo más romántico. Hay quien piensa que no hay nada más romántico que dar un paseo por el canal de París o de Milán: por supuesto no han paseado por el de Bruselas. No sé si es la apariencia semi industrial de todo el paseo -con edificios como el antiguo castillo Het Klein Kasteeltje transformado en centro para refugiados, la oficina de la KBC (uno de los edificios más particulares de Bruselas) o la fábrica Interbeton- o si su atractivo se debe a los múltiples centros culturales que rodean el canal -pues se puede encontrar MiMa, Tour&Taxis, KANAL centre pompidou, el centro sociocultural/Zona de acción espontánea “Alle du Kaai”. En cualquier caso, desde el primer día que me encontré con el canal casi por accidente supe cómo me gusta esta ciudad. No os olvidéis de llevar un candado para forjar vuestro amor eterno.
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