Un día íbamos paseando hacia el Ayuntamiento desde la Grote Markt, observando los escaparates que se encontraban a nuestra derecha divisamos un pequeño callejón. Brujas a pesar de ser una ciudad pequeña está llena de rincones que esperan silenciosos a ser descubiertos. Supimos enseguida que este pequeño pasadizo, se trataba de uno de ellos. Sin embargo, lo que no imaginábamos es que se fuera a convertir en uno de nuestros lugares favoritos.
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De Garre
Adentrándonos por la pequeña puertecita de madera y caminando con cada una de las paredes a escasos palmos de nuestros hombros nos encontramos unas escaleras que subían a lo que parecía un pequeño bar. Al entrar nos enamoró la decoración en madera y piedra, una pared repleta de botijos de barro decoraba una de las paredes, y si subías la mirada podías ver el balcón de las mesas de la segunda planta.
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El lugar era digno de admirar, pero al sentarnos descubrimos el gran secreto que escondía, una cerveza artesanal capaz de dejarte KO en apenas tres rondas. La dueña nos explicó que se trata de una cerveza tradicional que lleva fabricando su familia por muchas generaciones, y nadie en el mundo conoce la receta. Tiene ni más ni menos que 13º de alcohol y déjame decirte que sabe espectacular. Y por esa razón la dueña no deja pedir a los clientes más de tres rondas seguidas, el sabor te embelesa cómo si de un manjar se tratase y es tan sencillo beberla como acabar borracho.
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Horario y localización
Abre todos los días de 12:00 a 23:30, excepto sábados que se encuentra abierto de 11:00 a 0:00.
La calle se llama igual que el bar: De Garre 1, 8000 Brugge.
Aquí os dejo el link de la dirección por si acaso https://goo.gl/maps/1ZjvhsaoKMZ152vt6 y una foto del mapa.
Mi nombre es Luna, tengo 20 años y vivo en Madrid. En general soy una apasionada de la vida, de los viajes, el arte, la música, el baile, el surf, el mar, la escalada… todo lo que suponga una aventura para mí siempre será un SÍ.
Este semestre mi aventura comienza fuerte: me he mudado a Brujas ¡La ciudad de ensueño! Y aunque apenas lleve aquí una semana, os puedo asegurar que así es. Todas las calles están bañadas de un aura especial, casi mágica.
Recuerdo una de las primeras noches aquí, entre las vacaciones y la lluvia las calles estaban vacías. Paseando a la luz de las farolas, sentí como si me transportara a otra era… Los suelos empedrados, el musgo creciendo por las paredes de una gran iglesia gótica, cuyas vidrieras relucían con luz propia. Todo parecía salido de un precioso y enigmático cuento medieval.