Si estás en Lovaina y aún no sabes, ni has oído hablar del Groot Begijnhof o Gran Beaterio, te estás perdiendo uno de los mejores rincones de la ciudad. El Gran Beaterio está situado al sur de la ciudad y tiene una extensión de 3 hectáreas, convirtiéndolo en uno de los beguinajes conservados más grandes de Flandes. Se extiende a ambos lados del río Dijle, que se divide en dos canales dentro del beaterio, formado una isla. Hay tres puentes que lo cruzan dentro del complejo.
Para los que no sepáis qué es un beaterio o beguinaje, se trata de desde casas agrupadas en torno a un patio, hasta pequeños barrios donde residían mujeres solteras, beguinas, muchas de clase acomodada. Estas beguinas no eran monjas. No pertenecían a ninguna orden religiosa, pero sí hacían los votos de castidad y obediencia. Pero no el de pobreza: las beguinas podían adquirir todos los bienes y los ingresos que desearan. Se ganaban la vida bordando, cosiendo, lavando ropa o trabajando como maestras de escuela o enfermeras. Las mujeres que entraban en el beaterio pasaban su primer año recluidas en un recinto común a modo de convento, para luego ya tener su propia vivienda, donde vivían solas o acompañadas por otra beata.
Se estima que el Gran Beaterio de Lovaina data de principios del siglo XIII, aunque su época de máximo esplendor fue el siglo XVII. La homogeneidad en el estilo arquitectónico de las casas se explica por esta época de esplendor donde hubo un aumento de los ingresos. Es ese momento el beaterio contaba con 360 beguinas. A partir de ahí el número empezó a caer, hasta que, en el 1795, se produjera la invasión de los revolucionarios franceses. El beaterio de Lovaina no fue vendido como bien nacional como ocurrió con la mayoría de los monasterios y abadías. Las propiedades de la comunidad fueron, sin embargo, confiscadas y atribuidas a la Comisión municipal de bienestar social de Lovaina y reorganizadas como albergues. Les permitieron a las 198 beguinas seguir viviendo allí. A mitad del siglo XX, el beaterio estaba en estado de abandono. La Universidad de Leuven lo salvó comprando las casas. En el año 1964, la KU Leuven empezó una restauración a gran escala que duraría veinte años. En 1998 fue reconocido oficialmente por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
Actualmente se utiliza como residencia para estudiantes, personal universitario y profesores visitantes extranjeros.
El Gran Beguinaje de Lovaina parece una ciudad dentro de la propia ciudad, con sus callejuelas y pequeñas plazas. Esto contrasta con los beguinajes de Amsterdam o Brujas, donde las casas dan a un patio central. El único gran espacio de césped, a la izquierda del río, es el resultado de la demolición de algunas casas en el siglo XIX. A pesar de que la mayoría de las casas datan del siglo XVII y son de ladrillo, hay unas pocas que datan del siglo XVI, cuya estructura de madera se puede ver al exterior.
Cabe destacar la iglesia del Beaterio, que mencioné en un post anterior. La iglesia de San Juan Bautista presenta planta basilical, siguiendo un estilo gótico, pero con elementos románicos. Carece de torre como es habitual en las órdenes mendicantes o congregaciones religiosas de mujeres. Solo tiene una flecha con un pequeño carillón.
Bajo mi punto de vista, el gran Beaterio es uno de los mejores rincones de Lovaina. En cuanto se cruza el arco de acceso, te teletransportas a una mini ciudad donde no parece que pase el tiempo. Es un lugar maravilloso para pasear, ya que es un oasis de tranquilidad. Lo definiría como una ciudad dentro de la ciudad. Por todo esto, ¡no dejéis de visitarlo! Tanto si vivís aquí como si simplemente habéis venido de paso a visitar Lovaina. En Flickr podéis ver todas las fotos que he ido recopilando del Gran Beaterio.
¡Hasta la próxima!
Soy Marina, la nueva corresponsal Erasmus en Lovaina. Estudio arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid y cursaré cuarto en la KU Leuven. Hace apenas unos días que he llegado a la que será mi nueva casa durante este curso, y todavía no me lo creo. Tengo la sensación de que he venido aquí de viaje y que en unos días me toca volver a Madrid. ¡Pero no! Ahora empieza la aventura de acomodarse a esta nueva ciudad la cual seguro me sorprenderá a lo largo del año. Elegí Lovaina por varias razones, entre ellas el prestigio de su universidad y evidentemente su ambiente universitario.
Todo estudiante quiere ir a un sitio donde además de estudiar también lo vaya a pasar bien, las cosas como son. Además considero que Lovaina, y todo Bélgica, tiene una amplia oferta cultural que hará que cada día aprenda algo nuevo. Poco a poco iréis descubriendo conmigo cosas interesantes y útiles de esta ciudad, aparte de daros consejos a los futuros Erasmus. De momento todo lo que os puedo decir es que traigáis chubasquero y ¡muchas ganas de disfrutar!