Hoy os traigo una pequeña lectura sobre la persona que da nombre a una plaza y una universidad en Gante, además de ser considerado uno de los héroes históricos de Flandes: Jacob van Artevelde.
Corría el siglo XIII, y Gante se encontraba en una de sus épocas de mayor esplendor: la industria textil, fundamentada sobre todo en el comercio con Inglaterra, aportaba unas riquezas enormes para una ciudad que prácticamente competía con París en términos de población.
Gante fue hasta el momento una ciudad bastante independiente políticamente hablando: si bien los condes de Flandes habitaban en su castillo a las afueras, su poder político era reducido en el interior de las murallas de la ciudad. Esto permitió que las sucesivas guerras que asolaban el centro de Europa (sobre todo entre Francia e Inglaterra) no afectaran al comercio, lo que, junto a su localización, permitió a Gante sobresalir como ciudad comercial, especializada en el ámbito textil.
Llegamos a la Guerra de los Cien Años (la que, de hecho, duró 116) que enfrentaba a Francia e Inglaterra. Gante, como parte de la monarquía francesa, y en un ejercicio de autoritarismo que no gustó nada a los ganteses -esta rebeldía se repetirá sucesivamente en la historia, sobre todo bajo el gobierno español- tuvo que acatar la decisión francesa que impedía el comercio con Inglaterra.
En 1337, Jacob van de Artevelde, un rico mercader de la ciudad, comienza a liderar la rebelión gantesa contra Francia, mientras el Conde flamenco se exiliaba. En su pericia política, no solo aunó trabajadores, banqueros, artesanos, sino que también aunó esfuerzos con las ciudades flamencas de Ypres y Brujas. En política exterior, Artevelde conseguirá que Flandes adopte una política de neutralidad en la guerra, por lo que Flandes comienza a beneficiarse de forma económica del enfrentamiento.
En 1340 renunció a la neutralidad, adoptando una posición favorable a Inglaterra (esto es, proclamando al rey inglés Eduardo III como rey de Francia). De esta forma, y bajo el reinado de Eduardo III, la ciudad va a prosperar económicamente de una forma aún mayor que la anterior. A pesar de los intentos del rey francés Felipe IV de someter de nuevo a Flandes, el codominio flamenco-inglés se mantuvo.
La historia de Artevelde finaliza en 1345, cuando se extendieron por Flandes rumores de que Jacob iba a reconocer al hijo de Eduardo III, el Príncipe Negro como Conde de Flandes, lo que supondría una clara ruptura con la tradición condal flamenca. Además, no se sabe si por las propias autoridades rebeldes flamencas, se difundieron rumores de corrupción. Esto, unido a la excomunión de Artevelde por el Papa Clemente VI debido a su rebelión, provocó una revuelta popular que acabó con Jacob van Artevelde asesinado en el patio de su casa.
La figura de Artevelde no está exenta de misterios: ¿cómo pudo un burgués de la época acaparar tanto poder?, ¿por qué fue asesinado, por el motín popular o por venganza de otros comerciantes?, ¿por qué fue tan repudiado después de muerto, para finalmente acabar siendo laureado como héroe flamenco?
La estatua que vemos hoy en Vrijdagmart fue forjada en 1863. En ella queda Jacob señalando para siempre a Inglaterra. También podemos encontrar los escudos de diferentes gremios de la ciudad -un juego interesante es adivinar de qué gremio es cada uno- así como los de Flandes y Gante. Por cierto, la plaza también es el lugar donde se encuentra la modernista sede del antiguo partido socialista, llamada Bond Moyson.