Si hay algo que enamora de Gante, son los cafés, pubs o restaurantes que esconden los edificios medievales tras sus estrechas puertas. Algunos de estilo modernista, otros fieles al Art Déco, muchos consiguen conservar la esencia de un Medievo que les vio nacer, pero si algo tienen en común todos ellos, es su finalidad de atrapar al cliente, hacer que se sienta como en casa, que vuelen las horas con una taza de chocolate entre las manos, que las luces tenues y los colores cálidos hagan olvidarte del frío del exterior, que las vistas inspiren y te inviten a leer, pintar o escribir, en definitiva, lugares con alma que despierten tu sentido más creativo y soñador.
Hoy vengo a hablar de uno de esos cafés que tanto me gustan, un café de días nublados, de chocolate y libros, de sofás para nunca levantarse. Se trata del Huize Colette, en el número 6 de Belfortstraat, a pocos metros del Ayuntamiento y la Torre Belfort. El motivo de existencia de este rincón de Gante son los libros, con un lema claro: un libro por un chocolate. En pocas palabras, entregas un libro y ellos, atendiendo al valor de éste, te lo pagarán con algunos de sus cafés o chocolates. ¿La buena noticia? No se trata de un chocolate cualquiera, de hecho, una receta que se remonta al siglo XVII no puede transmitirnos otra cosa que el perfecto equilibrio entre un cacao amargo y el dulzor imprescindible en cualquier taza del oro negro belga.
Además, como viene siendo costumbre en este país, una taza de chocolate no es un buen aperitivo si no va acompañado de su fiel galleta. Aunque en este caso no será una simple galleta, sino que también es elaborada de forma casera, al igual que los croissants, napolitanas o los apetitosos brownies.
Más allá de los chocolates estándar que, por supuesto, no dejan de estar basados en su receta secreta (desde el blanco hasta el chocolate amargo con un 70.4% de cacao, todos ellos por 3.30€), destacan sus especialidades como el chocolate espresso, una combinación ideal de café y chocolate, el chocolate Yin Yan, donde tu taza de chocolate blanco se verá manchada por el fondant, o el chocolate a base de las famosas bolitas Maltesers, entre otros (por 4.30€). También ofrecen tés, cafés e incluso almuerzos.
Un desayuno de reyes en un café con encanto conseguirá envolverte y hacer que el paso del tiempo, aunque sea momentáneamente, ocupe un segundo plano.