Malinas (Mechelen en neerlandés) no es una ciudad demasiado conocida entre los Erasmus. Tal vez porque, a diferencia de las cercanas Amberes, Bruselas y Lovaina, Malinas no tiene una gran universidad. Lo que si tiene Malinas es, por ejemplo, la cervecería más antigua de Flandes además de otros puntos de interés que os destaco en este artículo.
A la gente de Malinas se les conoce como los “apagalunas”. Todo viene por la siguiente anécdota: en el siglo XVII, un malinés – seguramente con unas copas de más encima – alertó a toda la población de un incendio en la torre de la catedral de San Rumoldo y todo el pueblo se mobilizó para apagarlo.
El incendio se extinguió en cuanto unas nubes ocultaron la luna. Exacto: no había un incendio, sólo un efecto óptico de la luna proyectada sobre la torre, pero a los malinenses les gusta presumir de que, una vez, intentaron apagar la luna y encontraréis referencias a ello en nombres de festivales (Maanrock), en chocolatinas y otros souvenirs que podéis llevaros de recuerdo.
La cervecería Het Anker, un histórico campanario que es patrimonio de la Humanidad por la UNESCO o la relación que existe entre Malinas y el compositor Ludwig van Beethoven, os lo explico en el artículo a continuación junto a unos consejos prácticos, al final, para planear vuestra visita.
La cervecería más antigua de Flandes: Het Anker
Su historia se remonta hasta el siglo XV. Originalmente, era una cervecería regendata por una comunidad religiosa de beguinas y, entre finales del sigle XIX y principios del siglo XX, la adquirió la família Van Breedam, que pasó a llamarla Het Anker (“El áncora”). En los años ’60 passo a llamarse Gouden Carolus en referencía a la moneda durante el reinado de Carlos V, que creció en Malinas (siglo XVI).
La cerveza que aquí se elabora, se exporta hoy en día a todo el mundo. Existen distintos tipos de cerveza bajo la marca Gouden Carolus y elaboran ediciones especiales por Navidad, Semana Santa, el aniversario de Carlos V… Lucifer, otra de sus cervezas, se mantiene en lo alto de los rankings de mejores cervezas del mundo. Además, desde 2010, la cervcería Het Anker también ha abierto una brasserie, un hotel y hasta han empezado a elaborar whisky, otra bebida que, me explicaron, se elabora de forma similar al de la cerveza. Lo explicaron en una visita guiada a las instalaciones: las visitas (de hora y media) cuestan solo entre 7.50€ y 8€, degustación incluida. Para más información, visitad la web.
El museo de Kazerne Dossin
En esta vieja caserna – convertida hoy museo y centro de documentación – se recuerda a las víctimas del Holocausto durante la II Guerra Mundial: judíos y gitanos que fueron detenidos en estas instalaciones para, posteriormente, ser trasladados a campos de concentración al este, como el de Auschwitz-Birkenau. A un lado del recinto encontraréis el museo (la entrada general cuesta unos 10€) pero al otro lado hay unas salas del archivo histórico que pueden vistarse de forma gratuíta: cartas o recuerdos que los detenidos dejaron aquí antes de ser trasladados a los campos y una instalación multimedia que recuerda los nombres y edades de las personas que fueron deportadas.
Un dato escalofriante: Se deportaron a 25.834 personas, más de la mitad fueron gaseadas al llegar al campo de concentración y solo unos pocos sobrevivieron a los años de trabajos forzados en los campos.
Kazerne Dossin se encuentra en Goswin de Stassartstraat, 153. Tenéis más información en la web.
La cafetería para viajeros Via Via
¿Habías estado alguna vez en una cafetería Via Via? Están por todo el mundo, desde Asia hasta América del Sur, y es un proyecto que iniciaron unos belgas: cafeterías-restaurante dónde reunirse con otros viajeros, encontrar información sobre la ciudad u otras ciudades a visitar, etc. Algo así, en Gante, lo descubrí gracias a Rebeca cuando la entrevisté en el Mosquito Bar.
La cafetería Via Via en Malinas se encuentra en lo que era un viejo molino de agua, a orillas del río Dyle y dentro del parque Kruidtuin, al que podéis entrar desde Zandpoortvest, 50. Un lugar perfecto para reponer fuerzas antes de seguir con el viaje.
La Torre de San Rumoldo
Tras comer algo para recuperar fuerzas, ya podéis plantearos subir los más de 500 escalones que llegan a lo alto de la torre de San Rumoldo de Malinas. Todo un reto (obviamente, no hay ascensor).
Además de las vistas al llegar a la cima de la torre patrimonio de la Humanidad según la UNESCO, por el camino descubriréis todo el complejo sistema mecánico con el que hacen sonar las campanas. Una excursión que vale la pena aunque sólo sea apta para aquellos que no tengan vértigo, claro. La entrada general cuesta 7€ pero la entrada para menores de 27 años se reduce a 2.50€.
Pasad por la web para encontrar más información.
Tampoco puedes pasar por Malinas sin visitar…
No hay ciudad en Flandes que no tenga su Grote Markt (Gran mercado), la plaza central de la ciudad. En la de Malinas, muy próxima a la catedral de San Rumoldo, encontraréis el Ayuntamiento o el Palacio de Margarita de Austria, tía de Carlos V y gobernadora de los Países Bajos en el siglo XVI. Aquí también vivieron Felipe el Hermoso y Juana I de Castilla, a la que todos conocemos mejor como Juana la Loca.
Al otro lado de la plaza, estos días hay un gran mural con retratos de gente anónima en blanco y negro. Me explicaron que se trata de otra forma de celebrar la historia de la immigración en Flandes, algo que también celebran en el STAM de Gante.
Un consejo: no bebáis el agua de las fuentes en el antiguo mercado de pescado. Tampoco creáis que las casas que hay a su alrededor han mantenido tal estado de conservación desde hace siglos, muchas tuvieron que reconstruirse tras la primera Guerra Mundial.
Si no habéis tenido suficiente cerveza artesana en Het Anker, podéis pasar por Brouwerij Lamot (Guldenstraat, 18), una histórica cerveceria que hoy también se utiliza como centro de convenciones.
Frente a Lamot, encontraréis una estátua de un niño sujetando una rosa en su espalda. Pues ese niño es Ludwig van Beethoven. Resulta que su abuelo, la estátua en frente, vivió en Malinas así que, en su infancia, el compositor de Für Elise también pasó por la ciudad.
No sé si en la tienda de vinilos que hay bastante cerca de la estatua, The Vinyl Touch (Haverwerf, 1), también venden alguna grabación de la música de Beethoven, pero si encontré alguna edición exclusiva del Record Store Day que también puedes encontrar en Gante.
No quería acabar el artículo sin mencionar a una iniciativa a la que apodamos como “las tejedoras salvajes”, aunque lo más parecido que encontré en Wikipedia lo denomina Yarn bombing (bombardeo de hilo). Un colectivo de amantes de la costura que cubren con lana los espacios urbanos.
Flandes sobre ruedas
Como sucede en Gante y en el resto de ciudades de Flandes, ir en bicicleta es la mejor forma de descubrir la ciudad. Llevar la bicicleta desde Gante en el tren es una posibilidad, pero también podéis alquilar una bicicleta por menos de 10€ al día. Fietspunt está al salir de la misma estación de tren, tenéis más información sobre esta y otras empresas de alquiler de bicicletas en la web de la Oficina de Turismo.
Alojamiento y salir de fiesta
Si queréis pasar la noche en Malinas tenéis, por ejemplo, el hostel De Zandpoort, muy cerca del parque Kruidtuin, dónde encontraréis el café Via Via que os comenté antes. Para salir de fiesta, la juerga se concentra en Boesjkammeree (‘den Boesj’), justo frente a la estación de tren. Tenéis más información al respecto en la guía USE-it, que Malinas también tiene una.
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Me llamo Oriol Salvador, vengo de Barcelona y seré el Corresponsal Erasmus en Gante desde Febrero hasta Junio de 2014. Estudio Communicatiewetenschappen (Ciencias de la Comunicación) en UGent, con una beca Erasmus durante el curso 2013-2014. Me defino como friki y me adapto a diversas definiciones del término. Tengo especial interés por la cultura y la comunicación: música, cine, teatro, viajes, televisión, Internet, redes sociales…