Malinas es una de las seis ciudades del arte de Flandes y no le faltan atractivos como os hemos comentado en post anteriores. La torre de San Rumoldo con su magnífico carillón, su antigua cervecería Het Anker, la real manufactura de tapices en el refugio de la abadía de Tongerlo, el Museo del Juguete, el Beaterio menor y el mayor reconocido por la UNESCO, el tríptico de Rubens en la iglesia de San Juan, los palacios de las dos Margaritas: la de Austria y la de York… hacen que Malinas sea un imprescindible en la ruta flamenca.
Paseando por sus tranquilas calles nos encontraremos con sus palacios burgueses de ladrillo, sus ocho imponentes iglesias y nos sorprenderemos de sus estrechos callejones y pasajes como el Klapgat, que en flamenco deriva de “charlar”. ¿Y por qué no acercarse al Jardín de Invierno de las Ursulinas? Es una maravillosa construcción Art Nouveau reconocida por la UNESCO de las que os hablaremos próximamente.
Después de un recorrido por la ciudad y sus museos no hay mejor lugar para acabar el día que a orillas del río Dyle. Este río que atraviesa la ciudad es navegable, se puede disfrutar de un tranquilo paseo en barca por sus aguas del que también os hablaremos. En la Edad Media era lugar de circulación de mercancías ya que comunicaba con otros ríos y arroyos que pasaban por la ciudad.
Uno de ellos pasaba por la actual calle Ijzerenleen (otra de las perlas de Malinas) hasta que en el siglo XVI fue soterrado y su mercado de pescado tuvo que ser trasladado a orillas del Dyle, a la plaza del Vismarkt, en 1531.
Todavía hoy quedan algunas pescaderías escondidas en este antiguo mercado de pescado, pero la plaza ha sido tomada por los bares y las terrazas. Tanto el área del Vismarkt como la calle Nauwstraat son conocidas por los locales por su buen ambiente y su vida nocturna. En una de sus terrazas con vistas al río (o directamente en un bar sobre el río) podremos ver anochecer con una buena cerveza de Het Anker en un ambiente histórico.
En la otra orilla tres antiguas y curiosas casas se levantan… ¿A qué esperáis para visitar Malinas y tomaros una Maneblusser (o “apagalunas” el mote de los malineses) en el Vismarkt?