Bélgica ama la comida. Esto es así, los belgas deben tener unos maravillosos genes para poder mantener la figura adorando comer como lo hacen. (Eso o esta dinámica y preciosa ciudad les hace ser incapaces de mantener el trasero sentado en una silla, debido a la animada actividad diaria que tiene).
Sea como sea, aquí los eventos culinarios están tan a la orden del día, que en un mismo viernes podemos encontrarnos con dos fabulosos festivales gastronómicos en los que ponernos las botas.
El pasado viernes 10 de marzo, para ir dando bienvenida a la primavera que se acerca, cómo si de una competición se tratase, tuvieron lugar a escasos metros dos eventos muy peculiares, pero ambos con dos cosas en común: mucha COMIDA y buena MÚSICA.
Empecemos con el “StrEAT”, un “street” movimiento en el almacén-restaurante “Felix Pakhuis”, un acogedor lugar cerca del puerto, en el paseo delante del MAS.
Este singular emplazamiento consta de una especie de callejuela, que constituye el centro neurálgico, alrededor del que se sitúan varios camiones, estantes y puestos, cada uno equipado con todo lo necesario para obsequiarnos con los más elegantes cóckteles, o los más innovadores platos culinarios.
A ambos lados de esta calle central, nos encontramos con distintas habitaciones entre las que encontramos desde el auténtico restaurante, con decoradas y cómodas mesas para los que no disfrutan tanto de eso de comer de pie. Hasta una auténtica sala de baile, donde poder gastar un poco esas energías y mover esos estómagos que tan cargados estarán después de probar los manjares que ofrecen.
Este espacio tan sofisticado, y los distintos ambientes de sus salones, le proporcionan una intimidad mágica, con posibilidad de reserva privada para grupos, bodas, celebraciones… ¡Con capacidad para hasta 250 invitados!
Más información y eventos venideros en: http://felixpakhuis.nu/salon/
Seguimos un poco más hacia en norte, muy cerca del famoso museo “Red Star Line”, nos adentramos en el puerto y sus cobertizos. Aquí encontramos el “Flying Pig event“, celebrado en el “Contrair“, un auténtico hangar con el interior restaurado en forma de tres espacios distintos.
Un recibidor principal, con un bar y unos ochenteros sofás donde tener un rato de charla e intimidad. Una psicodélica sala de animados conciertos en directo para tener tu momento “rebelde y divertido”, con DJ’s locales hasta la madrugada.
Y el gran habitáculo principal, una habitación abierta y espaciosa, donde numerosos puestos de comida “fingerfood” se disponían rodeando mesas al estilo de merenderos donde juntarte con tus amigos para reír y tener un momento agradable de conversación y placer gustativo.
Dado el gran éxito, por seguro que celebraran más ediciones, si no os queréis perderos la siguiente, ¡estad muy atentos! en: http://www.flyingpig.be/