Aprovechando uno de los pocos días soleados en Bélgica decidí hacerme una escapada rápida a Oostende para así ver el mar y la playa que hacía mucho tiempo que no veía y de paso visitar otra de las ciudades importantes de Flandes.
Para llegar allí simplemente tenemos que tomar el tren que pasa por Brujas y en poco más de media hora estaremos ya en la costa de Flandes. La estación de tren se sitúa en pleno puerto, por lo que lo primero que veremos al salir de la estación serán numerosos barcos anclados en los muelles. El punto de salida de ferries que se dirigen a Reino Unido y otros puntos, se encuentra también muy cercano a la estación de tren.
Justo enfrente de la estación está la calle Jozef II que nos lleva a la Iglesia de San Pedro, una iglesia neogótica bastante reciente, construida en 1907 y por detrás podemos ver las torres de San Pablo y San Pedro. Es sorprendente la ornamentación de sus paredes, hecha con todo tipo de detalles.
No muy lejos de esta iglesia podemos visitar la casa del famoso pintor James Ensor, uno de los pintores más importantes de Flandes en el siglo XX.
Nos acercamos a la orilla y por fin podemos ver el mar, a lo largo del paseo marítimo hay numerosos restaurantes, tiendas y hasta un gran casino donde realizan todo tipo de eventos (además de los relacionados con el juego). Cuando el clima es soleado (cuando fui a visitarlo había -1º C) podemos ver numerosos puestos de venta de pescado (como arenque, boquerón o salmón listos ya para comer).
Si andamos un poco más por el paseo marítimo veremos un gran spa termal, el Termae Palace que actualmente se encuentra en reformas para mejorar sus instalaciones. Desde el exterior se pueden observar un pequeño parque acuático que tienen en el interior del recinto.
Continuando un poco más nos topamos con el “paseo de la fama” de Oostende, ya que que en el suelo hay estrellas como las de Hollywood con los nombres de los galardonados en todos los Festivales de Cine de Oostende desde el año 1997 hasta la actualidad.
Si seguimos más adelante llegamos a la zona residencial del paseo marítimo, donde se levantan grandes edificios que sirven de alojamiento a aquellos que eligen Oostende para pasar sus vacaciones (o vivir todo el año) a pie de playa.
Volvemos de nuevo al centro de la ciudad donde a escasos metros del paseo marítimo podemos visitar la Iglesia de Heilig Hart, una iglesia de estilo neobizantino construida a principios del siglo XX.
Otra de las iglesias que llaman la atención dentro de la ciudad es la de Sint Jozef. Se encuentra de camino a la estación de tren una vez venimos de la iglesia Heilig Hart y es bastante nueva, del último cuarto del siglo XX.
Oostende es por decirlo de algún modo el Benidorm de Bélgica donde todo el mundo disfruta de la playa en los días soleados de verano, pero aparte de la playa tiene muchos lugares interesantes que visitar.