¿Os fascina la ropa de segunda mano? ¿No os podéis resistir a entrar en las tiendas de antigüedades? ¿Tenéis la casa llena de detalles y cosas en el fondo inútiles, pero que os hacen felices? ¿Os encanta rescatar libros, cámaras analógicas, copas y demás cacharritos de los que vuestros familiares se quieren deshacer? En Bruselas también tenéis vuestro sitio, más allá (pero no tan lejos) de donde las marcas de ropa de lujo exhiben sus productos en los escaparates de Avenue Louise. ¡Bienvenidos al mercadillo de les Marolles!
Cómo llegar
Entre Sablon y Saint-Gilles, este barrio bohemio esconde muchas curiosidades en sus calles. Podéis llegar en tren desde Gare du Midi y en metro desde Porte de Hal, Hôtel des Monnaies o Louise. A algunas de estas paradas os acercan también tranvías y buses, así que la ruta más conveniente depende de donde viváis o estéis alojados. Como referencia, tomad el Palacio de la Justicia o la noria The View, el mercadillo está algo más abajo.
Qué esperar
Una vez lleguéis a esta plaza de Jeu de Balle entre comercios de alimentación, tiendas de ropa vintage y escaparates repletos de muebles antiguos y figuritas, os recibirán múltiples puestecillos. Depende siempre del tiempo, pero los comerciantes suelen venir pese a la lluvia. Aun así, los mejores días son desde luego los soleados. No tenéis por qué madrugar, pero solo abre por las mañanas (todas) de 7 a 2 de la tarde.
Al contrario que el mercadillo de Gare du Midi los domingos, aquí no se vende comida, ni productos de limpieza. En vez de eso, se oferta toda la decoración para casa que se te ocurra, excepto muebles: jarrones, copas, figuras de cerámica, lámparas, cuadros, vajillas, cuencos, ceniceros, marcos para fotos… Aunque por lo general no venden muebles, sí hay sillas o algunas cómodas o mesillas sueltas. También encontraréis ropa de segunda mano a precios muy atractivos, por ejemplo son muy interesantes los abrigos de cara al invierno. ¡Y libros!
Por otra parte, se hallan todos los objetos en torno a la fotografía. Desde retratos de burgueses y fotos familiares antiguas, hasta cámaras de fotografía y vídeo analógicas. Eso sí, es una lotería si funcionan o no, pero a lo que cuestan vale la pena arriesgarse (si no, las dejáis en un estante a modo decorativo “vintage”). Por último, existe una variedad increíble de bisutería: collares, pulseras y pendientes de todos los tamaños y colores. Venden las cadenas y los accesorios por separado, si os interesa comprarlos así.
Una recomendación para los novatos en esto de los mercadillos: regatead. Sí, no está mal visto, de hecho los vendedores están bastante abiertos a rebajar precios mientras mostréis interés y tampoco tratéis de aprovecharos. Sobre todo, si encontráis algún pequeño defecto, como un agujerito o arañazo en el producto, ellos mismos os ofrecerán un precio rompedor. ¡Ánimo, que así se consiguen verdaderas gangas!
Eso es todo por hoy, pero os seguiré informando sobre mercaditos y otras oportunidades de segunda mano porque me apasionan estos temas… ¿A vosotros también? 😉
¡Nos leemos pronto, buen fin de semana!
Me presento, me llamo Julio Yustas, tengo 23 años y voy a ser parte del equipo de corresponsales que, durante el próximo semestre, va a intentar que disfrutéis de Flandes al menos tanto como nosotros.
Vengo de Valencia, donde estudio el Máster de Ingeniería Industrial en la Universitat Politècnica de València. Durante los dos próximos años, disfrutaré de Bruselas gracias a un acuerdo de doble titulación por el que estudiaré el Máster en Ingeniería Electromecánica en la Université Libre de Bruxelles (ULB).
Me considero una persona bastante proactiva y es difícil que no me encontréis embarcado en alguno de mis múltiples proyectos. Mi tiempo libre lo dedico principalmente a pasar tiempo con mis amigos, viajar, la fotografía y la cocina.