Hoy, 31 de Enero, tengo que volver a empezar. Me paro a pensar por todo lo que he pasado y digo ‘wow, esto es increíble’. Hace casi cinco meses que estoy aquí… Todavía recuerdo el primer día. Llegué mojadísimo a casa: Era el Stu Day, diluviaba como nunca y mientras iba en bici solo podía pensar ‘Vamos a conquistar esta ciudad Jorge’.
Esta experiencia ha supuesto más en mi vida de lo que creéis… Aquí he reído, he llorado como nunca y me he tropezado… Pero cada vez que me tropezaba con más ganas me levantaba. He conocido gente con una fuerza interior increíble, gente que, como yo, busca respuestas a sus preguntas. El Erasmus no se trata de estudiar… Aquí no vas a aprender nada, pero vas a estar mucho más cerca de saber quién eres.
Voy a echar mucho de menos Amberes… No es la mejor ciudad de Europa ni de Bélgica: Llueve mucho, siempre está nublado y la gente es muy distante, pero para mí es el sitio más precioso en el que jamás he estado, es mi ciudad. He aprendido más de mí mismo y de los demás, he entendido que nada es eterno y que cada acción conlleva una responsabilidad y una consecuencia.
Aquí he conocido a gente maravillosa, mis amigos de Erasmus… Son mi familia, ellos han estado en todo, tanto para lo bueno como para lo malo y entre todos nos hemos apoyado. Hemos viajado muchísimo, hemos descubierto nuevas ciudades y hemos creado algo precioso entre nosotros. Esta experiencia me ha hecho ver qué es lo que importa en la vida y lo que no, saber qué necesito y qué no.
Hoy te quiero hablar con el corazón, esta experiencia la considero obligatoria en la vida, es algo que no se puede explicar, se debe vivir. No te quedes preguntándote como hubiera sido, hazlo, la vida es muy corta para preguntarse cosas… Y si tienes miedo, hazlo con miedo. Atrévete a conectar contigo mismo, sé valiente, la vida va de ser valiente y afrontar las situaciones. Esto te hará crecer como persona.
Me voy de Amberes con la sensación de haber llenado de amor a todos con quien me he tropezado, de haber recorrido las calles con mi bicicleta, de haber sentido el aire frío en mi cara, de haber reído como nunca, de saber apreciar como nunca cosas tan simples como una buena comida o poder ver el reflejo del sol en los cristales de los edificios.
Hoy no digo adiós, hoy diré hasta luego, porque esta ciudad ya es parte de mí y me la volveré a encontrar en un futuro… De eso estoy seguro, sea de la manera que sea. Ha sido un placer compartir con ustedes todas mis experiencias. Espero que os vaya bien y si tenéis alguna duda no dudéis en contactar conmigo, os ayudaré en todo lo posible. Stay hungry, stay foolish.