En la céntrica plaza de Vrijdagmarkt, a dos pasos de Groenplaats, se celebra un mercado de segunda mano todos los viernes desde hace más de 400 años. Gilbert van Schoonbeke, un rico magnate del siglo XVI, compró esta gran parcela en el centro de la ciudad y permitió que se celebrase aquí dicho mercado. En el centro hay una pequeña estatua de Santa Catalina y el edificio grande que domina la plaza es el museo Plantijn Moretus. La plaza fue totalmente reconstruida tras la Segunda Guerra Mundial, puesto que cayó un misil V1 alemán en el centro de la misma. Se trataba de misiles balísticos lanzados desde unos 200 km de distancia por el ejército alemán, y Amberes fue el segundo mayor objetivo de estos cohetes durante la contienda (unos 2.500 aproximadamente).
El mercado de cada viernes por la mañana consiste en corros de gente alrededor de mobiliario, bicicletas y cualquier otro objeto de segunda mano mientras un hombre grita en el centro haciendo de director de la puja. Los precios empiezan muy bajos como es de imaginar. Si queréis asistir es importante que os aprendáis un poco por encima los números en neerlandés. Se les entiende que da gusto, no os preocupéis por eso. Yo vivo en la plaza y me sirven de despertador si he salido el jueves anterior. Una vez pasadas las 12 del mediodía se puede adquirir lo que ha sobrado a precios tan tirados como ofrecer 20 euros por un sofá y que te digan si quieres 4 en vez de uno (nota autobiográfica).
La plaza está llena de cafés en los que se suelen dar cita los jóvenes artistas de la ciudad, y en algunos escaparates exponen sus propios diseños. Este punto es también lugar de paso del paseo turístico que hacen los carros de caballos que salen del ayuntamiento. ¡Desde luego se respira un ambiente muy bohemio!